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martes, 4 de abril de 2017

Acariciando un sueño

Atlético Neuquén tiene césped sintético e iluminación para su cancha.

Durante años el tricolor sufrió con su cancha de tierra. Con la humildad de los luchadores sus jugadores supieron forjar hazañas aun cuando las condiciones no eran las favorables. Entre polvareda y sudor no sólo llegaron los títulos,  se sembraron amistades e historias donde el césped se negaba a nacer. El barro fue cómplice de alegrías en miles de entrenamientos. Las piedras fueron enemigos de los arqueros en goles impensados. Muchos magos del balón esparcieron su sutileza regalándole al público clases de dominio del balón que viboreante desafiaba a los que más sabían.
Ahora, se cumple la utopía del pueblo tricolor, su sueño se viste de verde por sobre todas esas historias de potrero. El entusiasmo se palpa desde el más joven de formativas hasta el más veterano de los ex jugadores, una alfombra de villar va a ser la invitación a la belleza futbolera. Se deberán prevenir lesiones, los profes trabajarán con esmero para ello.
Yo los ví disfrutar entre la tierra y al ver los ojitos brillosos de alegría supe que esa alfombra, fruto del esfuerzo de la familia tricolor, es un disparador de esperanzas. Hoy cientos de chicos están dibujando en sus mentes goles imaginarios en ese campo de juego y mientras  persista esa sonrisa en los pibes, el club estará vivo. Felicidades Atlético Neuquén, que este logro sea el punto de partida para nuevas utopías.

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