Hay personas que aunque el destino quiso que se fueran escaleras al cielo, siguen latentes en el recuerdo de los que quedamos. Cómo vamos a olvidarnos de vos Marcelo Sisi si tus goles aún se están gritando, si todos los que hablan de vos sólo tienen elogios resaltando lo buena persona que fuiste.
Una de las tribunas del Estadio de la Asociación Deportiva Centenario, lleva tu nombre. Marcelo dejó su huella en Centenario, marcó goles para todos los gustos, era de esos delanteros que siempre aparecía en las finales pero principalmente un ejemplo para los más chicos. En Cipolletti vivió épocas de gloria, títulos, goles y muchos amigos. Un apasionado del fútbol, querible como pocos, ejemplo dentro y fuera de la cancha.
Dicen que doña Lidia, su mamá, estaba siempre pegada a la radio escuchando los partidos, será por eso que Marcelo buscaba tanto el gol, será por eso que el gol siempre llegaba, tal vez porque cada gol era una manera de abrazar a la mami. Por eso quizás, nunca se cansó de hacer goles, porque sus goles aún emocionan en el recuerdo, Marcelo vive en el recuerdo, en los ojos llorosos de su hija Florencia o de su amor Marcela. Si hasta cuando dejó el fútbol profesional y jugaba al fútbol 5 seguía haciendo goles.
Por eso me gusta imaginarlo en una nube con la número 5 haciendo paredes con el cabezón Basualdo, empujando la pelota hacia el arco para marcar un nuevo gol en el equipo del cielo y dedicarselo a sus mujeres, doña Lidia, Marcela y Florencia que tanto lo extrañan.
Las buenas personas no se olvidan. Marcelo Sisi no está fisicamente entre nosotros pero su recuerdo sigue vigente y será, para siempre, uno de los ídolos del Valle Futbolero.
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