Eucalipto Blanco logró su primera victoria del año, al derrotar 1 a 0 a Rivadavia de Cutral Co con gol de Lucas Lofeudo. Fue un triunfo costoso, sufrido y muy festejado por la entidad del Barrio Limay de la capital neuquina.
El elenco auriazul venía de capa caída sin unidades en el Oficial luego de una Copa Neuquén donde tampoco había ganado en primera división. Para colmo de males en la fecha pasada sufrió una estruendosa derrota ante Los Canales por 12 a 0 lo que provocó la salida de su cuerpo técnico.
El partido con Rivadavia se jugó con mucho ímpetu, a los 5 minutos el local se quedó con uno menos y trastocó lo planificado previamente, pese a esta desventaja, Euca pudo abrir el marcador. "El gol salió de una jugada sucia de partido, un defensor de Rivadavia quiso despejar un tiro libre y le salió para arriba, vi que me caía y el defensor estaba lejos mío; entonces tuve el tiempo de matarla y al mismo instante girarme de cara al arco, me viene a marcar el 4 y me la paso al pie derecho, en ese instante el 4 me la puntea y levanto el pie para que me siga quedando, la pelota se levantó un poquito y me ayudó a darle de aire y con toda la fuerza para que entre directa al palo derecho del arquero. En ese instante fui a festejarlo con la gente, que siempre nos siguió apoyando sin importar los malos resultados y después con mis compañeros que sabíamos que lo necesitábamos para poder respirar mas tranquilos después de la mala racha", detallaba Lucas Leufedo el autor del gol. (ver perfil del jugador en este enlace)
Luego comenzó una ardua tarea defensiva, el nuevo cuerpo técnico local sacó delantero para defender la ventaja. Rivadavia, entró en el juego de los nervios y la impotencia, terminó con 2 expulsados. El tiempo pasaba, Euca decidido a defenderse al máximo de su esfuerzo y Rivadavia asediando a fuerza de centros. Sobre el final una lesión y la falta de jugadores en el banco dejó al tigre con 8. Con 2 jugadores menos, Rivadavia incomodó a Eucalipto generando peligro hasta el último momento. En el final se desataron las lágrimas entre jugadores e hinchas, se había sufrido mucho durante todo un año y esta victoria era un premio al esfuerzo cotidiano y a no bajar los brazos pese a los durísimos resultados adversos. "La semana pasada llorábamos de impotencia y de dolor, por eso ahora disfrutamos alegría es la revancha que da el fútbol. Pude notar la tristeza de los chicos de Rivadavia, hemos estado muchas veces de su lado, entiendo su bronca, ojalá puedan recuperarse y sigan creciendo como club", comentaba Cristian Zarza, asistente técnico e histórico colaborador del Club.
Marcelo Strada, el técnico de la 8va división (única categoría que clasificó a segunda fase en el club en la Copa pasada) asumió unos días antes del partido y declaraba emocionado: "estaba ansioso pero con muchas ganas, los chicos me hicieron sentir muy cómodo porque estuvieron desde el día 1 predispuestos a tirar todos para el mismo lado con mucha humildad y muchas ganas se los veía y eso nos daba entusiasmo. Sabíamos que era un partido para levantar, pero sabíamos también que había que esforzarse al 100 como si fuera una final. Y a pesar de quedarnos con 10 a los 5 minutos los chicos nunca se tiraron atrás consiguieron el gol y se hicieron fuertes en el fondo, estuvieron todos muy metidos incluso los chicos que quedaron para el cambio porque entraron con aire y energía, nos perdimos varias veces de liquidarlo pero parece que el destino quería hacer mas épico el final. Nos puso contentos a todos y celebramos porque fue un desahogo, sacarse una mochila, sabemos que vienen partidos muy dificiles pero el mensaje es que tenemos que darle pelea a todos y en cada cancha"
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